El
Real Alcázar de Sevilla, es uno de los Palacios en uso más antiguos del mundo.
Un palacio que ha vivido distintas etapas en el tiempo, desde finales del siglo
XI hasta nuestros días y que desde sus muros ha contemplado la influencia de
las distintas culturas que han pasado por Sevilla.
El
Alcázar es fiel testigo de la historia de Sevilla, marcada por la diversidad de
culturas y los legados que estas han dejado en nuestra ciudad. Pasear por sus
veredas extendidas de naranjos y mirtos nos transporta a otro momento, a otra
época, que sin duda han marcado la trayectoria de nuestra ciudad.
El
Real Alcázar es un conjunto de palacios rodeados por una muralla. Su
construcción se inició en la Alta Edad Media. En su realización se han empleado
a lo largo de la historia diferentes estilos, desde el islámico de sus primeros
moradores, al mudéjar y gótico del periodo posterior a la conquista de la
ciudad por las tropas castellanas. En sucesivas reformas se han añadido
elementos renacentistas y barrocos.

HISTORIA
En
el año 913 el califa omeya Abderramán III mandó construir un nuevo centro de
gobierno en Sevilla sobre el lugar de un antiguo asentamiento visigodo que
antes había sido romano. Esta curiosidad “multicultural” sobre su fundación parece
un anticipo de los muchos vaivenes históricos que irían dando forma a su
apariencia actual. Tras la desintegración del Califato de Córdoba, el Real
Alcázar pasaría a manos de los abadíes (Taifa de Sevilla), los emires
almorávides y, en la última etapa islámica, los almohades. Las sucesivas
reformas de aquella época ya habían convertido los Reales Alcázares en un gran
complejo palaciego rodeado por murallas a mitad del s.XIII.
Tras
la conquista de Sevilla en 1248 por parte de Fernando III, el Real Alcázar se
convertiría en Palacio Real (estatus que mantiene en nuestros días) y viviría
una nueva etapa de ampliaciones iniciada por su hijo Alfonso X, quien respetó
las estructuras existentes y mandó construir el Palacio Gótico.
En 1364, Pedro
I sería el precursor del Palacio Mudéjar, una de las zonas más espectaculares
del conjunto. Los numerosos toques renacentistas del Real Alcázar provienen en
su mayoría de reformas realizadas durante el s.XVI bajo los reinados de los
Reyes Católicos primero y de Carlos V y Felipe II más tarde. Y aún continuarían
las ampliaciones y cambios durante los siglos siguientes, siendo algunos de
ellos fatídicos a nivel artístico.
En 1931, en el contexto de la II República
Española, el Real Alcázar fue entregado al Ayuntamiento de Sevilla, quien desde
entonces ha garantizado que una parte del recinto siga siendo de uso exclusivo
para la Familia Real.