LOS REALES ALCAZARES


El Real Alcázar de Sevilla, es uno de los Palacios en uso más antiguos del mundo. Un palacio que ha vivido distintas etapas en el tiempo, desde finales del siglo XI hasta nuestros días y que desde sus muros ha contemplado la influencia de las distintas culturas que han pasado por Sevilla.


El Alcázar es fiel testigo de la historia de Sevilla, marcada por la diversidad de culturas y los legados que estas han dejado en nuestra ciudad. Pasear por sus veredas extendidas de naranjos y mirtos nos transporta a otro momento, a otra época, que sin duda han marcado la trayectoria de nuestra ciudad.


El Real Alcázar es un conjunto de palacios rodeados por una muralla. Su construcción se inició en la Alta Edad Media. En su realización se han empleado a lo largo de la historia diferentes estilos, desde el islámico de sus primeros moradores, al mudéjar y gótico del periodo posterior a la conquista de la ciudad por las tropas castellanas. En sucesivas reformas se han añadido elementos renacentistas y barrocos.

El recinto ha sido habitualmente utilizado como lugar de alojamiento de los miembros de la Casa Real Española y de jefes de Estado de visita en la ciudad, siendo el palacio real en activo más antiguo de Europa, como recoge la Unesco. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad, junto a la Catedral de Sevilla y el Archivo de Indias en el año 1987.

                               HISTORIA

En el año 913 el califa omeya Abderramán III mandó construir un nuevo centro de gobierno en Sevilla sobre el lugar de un antiguo asentamiento visigodo que antes había sido romano. Esta curiosidad “multicultural” sobre su fundación parece un anticipo de los muchos vaivenes históricos que irían dando forma a su apariencia actual. Tras la desintegración del Califato de Córdoba, el Real Alcázar pasaría a manos de los abadíes (Taifa de Sevilla), los emires almorávides y, en la última etapa islámica, los almohades. Las sucesivas reformas de aquella época ya habían convertido los Reales Alcázares en un gran complejo palaciego rodeado por murallas a mitad del s.XIII.


Tras la conquista de Sevilla en 1248 por parte de Fernando III, el Real Alcázar se convertiría en Palacio Real (estatus que mantiene en nuestros días) y viviría una nueva etapa de ampliaciones iniciada por su hijo Alfonso X, quien respetó las estructuras existentes y mandó construir el Palacio Gótico. 
En 1364, Pedro I sería el precursor del Palacio Mudéjar, una de las zonas más espectaculares del conjunto. Los numerosos toques renacentistas del Real Alcázar provienen en su mayoría de reformas realizadas durante el s.XVI bajo los reinados de los Reyes Católicos primero y de Carlos V y Felipe II más tarde. Y aún continuarían las ampliaciones y cambios durante los siglos siguientes, siendo algunos de ellos fatídicos a nivel artístico. 
En 1931, en el contexto de la II República Española, el Real Alcázar fue entregado al Ayuntamiento de Sevilla, quien desde entonces ha garantizado que una parte del recinto siga siendo de uso exclusivo para la Familia Real.